Mente
Poco a poco, tras una explosión de
pensamientos, ideas e interpretaciones, lo acepté. Te miré (y te miro) de otra
forma, y me gustó, y lo acepté. El por qué me dejó de importar… Analizarlo no
era lo esencial, “son cosas que pasan”, me dije.
¿Cuándo? No lo sé. Comenzó y ya está, no
más. Un día, en una hora, en un segundo, comenzó y ya está. Analizarlo no era
lo esencial, mas quería expresar estas sensaciones, pero ¿Podré?, ¿Cómo?, ¿A
quién?, ¿A ti?
Expresión
Poco a poco llegan la primera vez de
cosas, de todo. Acepté que no era
lo conocido, lo habitual, lo usual. Y me
pregunté ¿por qué no?, y me atreví a sentir lo que no había sentido; comencé a
expresar en palabras sensaciones que no creí que sentiría y que algún día
expresaría. Lo "nuevo" para mí -no para ti- a flor de piel,
manifestando en palabras sensaciones ocultas, quizás porque nunca habían estado
o quizás habían estado reprimidas. Lo expresé y lo acepté, pero faltaba más,
quiero más, aún más.
Acción
Elegí vivirla, con todo y con nada, elegí
vivirla. Me paré al borde del precipicio y escogí aventurarme a experimentar la
adrenalina de caer y disfrutarla sin saber que pasará al momento de entregarme,
sin saber que pasará después.
Poco a poco acepté, poco a poco expresé…
Pero faltaba más, ¿y la acción?
Ya sí me cuestioné el “¿cómo?”, analicé
que no solo depende de mí manifestar en acciones todas estas sensaciones; y tú,
¿quieres también caer?
¿Cómo?, ¿Cuándo?, ¿En qué momento podría
lanzarme?, ¿Habrá abajo un colchón que me salvará de la caída?
Llego el día, nervios, llego el día y me
lancé. Palabras y palabras, acciones malinterpretadas, y yo lanzada. ¿Lanzada?,
y a la espera de que dieras el primer paso, ¿lanzada? Lanzadas las palabras,
que expresaron con claridad las intenciones.
Sigue el día, y yo lanzada, y tú,
¿aceptas vivirlo conmigo? Te niegas y no te creo. Sigue el día con palabras y
acciones malinterpretadas... y tú te niegas y no te creo.
Poco a poco me lanzo y te toco, mi mano y
tu piel, ¿Qué sientes? No lo sé. Te sigo tocando y lo próximo me asusta, lo
conocido pero desconocido. Siento tu respiración, te toco, y me encanta. Poco a
poco, de lo simple a lo complejo, te toco. Y tú ¿qué?, yo todavía sin saber.
Con miedo y sin saber hasta dónde puedo llegar, me lanzo y te toco.
Lo acepté, lo expresé y te toqué, aún
quiero más. Más de mí, más de ti.
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